Introducción
El glaucoma es una enfermedad ocular progresiva que daña el nervio óptico y provoca pérdida de visión; afecta a más de 70 millones de personas en todo el mundo y es una de las principales causas de ceguera irreversible (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Un factor de riesgo importante es la presión intraocular (PIO) alta, pero el daño puede ocurrir incluso con una presión normal. Con el tiempo, los cientÃficos han notado que el estrés oxidativo (daño celular por radicales libres) puede contribuir al glaucoma al dañar las células ganglionares de la retina y los tejidos de drenaje del ojo (pmc.ncbi.nlm.nih.gov) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Esto ha llevado al interés en los nutrientes antioxidantes – particularmente las vitaminas C y E – como posibles agentes protectores en el glaucoma. La vitamina C (ácido ascórbico) y la vitamina E (tocoferoles) combaten la oxidación en el cuerpo y están altamente concentradas en el ojo. Por ejemplo, los niveles de ascorbato en el humor acuoso del ojo son aproximadamente 15 veces más altos que en la sangre (pmc.ncbi.nlm.nih.gov), lo que sugiere que desempeña un papel protector natural. En ojos sanos, estos altos niveles de antioxidantes pueden proteger contra los radicales libres de la exposición a la luz y el metabolismo (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Sin embargo, en pacientes con glaucoma, las defensas antioxidantes del ojo a menudo parecen ser más bajas: varios estudios informan de vitamina C reducida en el lÃquido ocular de personas con glaucoma (pmc.ncbi.nlm.nih.gov).
Esta revisión resumirá la evidencia –tanto antigua como nueva– sobre las vitaminas C y E en el glaucoma. Examinaremos estudios de laboratorio y en animales, encuestas poblacionales y ensayos clÃnicos, y consideraremos tanto los efectos inmediatos como los resultados a largo plazo. Las preguntas clave incluyen: ¿Puede la vitamina C en dosis altas reducir la presión ocular? ¿La toma de suplementos de vitamina C o E realmente ralentiza el glaucoma? ¿Existen riesgos (como cálculos renales o hemorragias) por megadosis? ¿Cómo interactúan estos suplementos con los medicamentos? También compararemos la obtención de vitaminas de los alimentos frente a las pastillas, señalaremos las diferencias observadas en varias poblaciones y, finalmente, daremos consejos prácticos a los pacientes que consideren los suplementos antioxidantes para el glaucoma.
Vitamina C y Glaucoma
La vitamina C (ácido ascórbico) es un antioxidante hidrosoluble abundante en frutas y verduras. Ayuda a regenerar la vitamina E y a neutralizar los radicales libres. En el ojo, los altos niveles de ascorbato ayudan a proteger el cristalino y la retina del daño por luz y oxÃgeno (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Experimentos en animales sugieren que el ascorbato puede aumentar el flujo de salida de lÃquido del ojo; por ejemplo, se encontró ascorbato ocular bajo en conejos con presión alta similar al glaucoma (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov). En modelos de laboratorio, se ha demostrado que la vitamina C tópica o sistémica reduce la PIO: por ejemplo, la aplicación de vitamina C en el ojo o su inyección en el torrente sanguÃneo de conejos y pacientes ha producido caÃdas temporales de la presión (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Se cree que este efecto proviene de la capacidad de la vitamina C para relajar los canales de drenaje del ojo, mejorando el flujo de salida del lÃquido.
Curiosamente, los niveles de vitamina C en el ojo pueden aumentarse tomando suplementos. En pacientes con cataratas sin glaucoma, la administración de 2 g de vitamina C por vÃa oral elevó el ascorbato del humor acuoso de ~1350 a ~1860 μmol/L, mientras que 20 g administrados por vÃa intravenosa lo elevaron a ~2387 μmol/L (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). En otras palabras, la vitamina C en dosis altas (especialmente por vÃa intravenosa) aumenta en gran medida los niveles de antioxidantes dentro del ojo, mucho más que la dieta por sà sola. Si esto se traduce realmente en un beneficio duradero para el glaucoma no está claro. Algunos estudios pequeños e informes antiguos señalaron que grandes dosis de vitamina C –administradas por vÃa oral, tópica o intravenosa– podrÃan reducir brevemente la PIO en pacientes con glaucoma (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Sin embargo, estos no fueron ensayos grandes y tales tratamientos no son la atención estándar. Simplemente señalamos que la vitamina C tomada agudamente puede reducir la presión ocular en algunos estudios (pmc.ncbi.nlm.nih.gov), pero esto no ha demostrado detener o revertir el glaucoma.
Evidencia Observacional
Gran parte de los datos sobre las vitaminas C y E en el glaucoma provienen de estudios poblacionales. En estas encuestas, los investigadores analizan las dietas de las personas, el uso de suplementos, los niveles sanguÃneos de las vitaminas y si tienen glaucoma.
En un gran estudio estadounidense (NHANES, 2005-2006), se preguntó a adultos mayores de 40 años sobre su salud, incluyendo si un médico les habÃa diagnosticado alguna vez glaucoma, y sobre su uso de suplementos. El análisis de 2.912 participantes encontró que aquellos que tomaban suplementos de vitamina C tenÃan menores probabilidades de glaucoma. EspecÃficamente, las personas en el grupo de mayor ingesta de suplementos tenÃan solo aproximadamente la mitad de probabilidades de glaucoma en comparación con aquellos que no tomaban ninguno (OR ajustado ≈ 0.47) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). En contraste, los usuarios de suplementos de vitamina E no tuvieron tasas de glaucoma más bajas (de hecho, tuvieron una tendencia no significativa hacia mayores probabilidades) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Cabe destacar que el estudio también midió los niveles sanguÃneos de estas vitaminas. Los niveles séricos de vitamina C no mostraron ninguna relación clara con la prevalencia de glaucoma (OR ≈0.94, no significativo) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Esto sugiere que la asociación solo se observó con el uso de suplementos informado, no con los niveles sanguÃneos reales. (Es posible que la vitamina C en dosis altas en pastillas pueda afectar el ojo de manera diferente a la ingesta nutricional). En cualquier caso, este único estudio insinúa que tomar suplementos de vitamina C se asoció con menos glaucoma (pmc.ncbi.nlm.nih.gov), mientras que los suplementos de vitamina E no mostraron beneficio (pmc.ncbi.nlm.nih.gov).
Otros análisis observacionales y epidemiológicos arrojan resultados mixtos. Una revisión exhaustiva de muchos estudios (Ramdas et al., 2018) encontró que la ingesta dietética de vitamina C y A estaba relacionada con un menor riesgo de glaucoma, pero los niveles sanguÃneos de vitaminas no mostraron un patrón claro (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). En ese metaanálisis, una alta ingesta de vitamina A (de alimentos como zanahorias y verduras de hoja verde) fue significativamente protectora (OR ~0.45 para el glaucoma) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Después de abordar las diferencias en los estudios, la ingesta de vitamina C también pareció beneficiosa. Sin embargo, en la misma revisión, la ingesta de vitamina E (de la dieta o suplementos) no mostró una asociación significativa (OR agrupado ~0.95) con el glaucoma de ángulo abierto (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Los autores señalaron que los alimentos ricos en estos antioxidantes (verduras de hoja verde oscura, frutas, etc.) parecÃan ser la fuente de las tendencias protectoras (pmc.ncbi.nlm.nih.gov).
Estudios especÃficos por paÃs y población también apoyan la dieta. Por ejemplo, entre mujeres afroamericanas mayores, aquellas que comÃan al menos tres porciones de fruta al dÃa tenÃan 79% menos probabilidades de glaucoma que aquellas que no comÃan casi ninguna (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). EspecÃficamente, comer más naranjas, duraznos, col rizada/kale (todos altos en vitaminas C y A) se vinculó con un riesgo de glaucoma marcadamente reducido (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). En ese estudio, las ingestas más altas de vitamina C y A dietéticas se asociaron individualmente con menores probabilidades de glaucoma (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Otro estudio de adultos japoneses-americanos encontró que la baja ingesta de vitamina A y la alta ingesta de hierro eran factores de riesgo para el glaucoma (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Estos hallazgos sugieren que la dieta general y el estado nutricional de base desempeñan un papel, y que las personas de diferentes etnias podrÃan mostrar diferentes patrones de asociaciones dieta-glaucoma.
Es importante destacar que la epidemiologÃa no puede probar la causalidad. Las personas que llevan dietas más saludables o toman suplementos podrÃan diferir de otras maneras. Sin embargo, estas encuestas sugieren que obtener muchos antioxidantes de los alimentos (especialmente aquellos ricos en vitamina C) puede estar asociado con tasas más bajas de glaucoma (pmc.ncbi.nlm.nih.gov) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Los estudios sobre suplementos, por otro lado, han sido inconsistentes o nulos. Aparte del informe NHANES, pocos ensayos clÃnicos grandes han probado la vitamina C o E solas para la prevención del glaucoma. Un ensayo prospectivo en pacientes con glaucoma de tensión normal administró dos fórmulas antioxidantes diferentes (similares a la mezcla AREDS para el cuidado ocular) versus placebo. Después de dos años, no hubo ninguna diferencia en la progresión del campo visual o en las mediciones de la fibra nerviosa entre los grupos de suplementos y placebo (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). En resumen, ningún estudio ha demostrado definitivamente que las pastillas de vitamina C o E a largo plazo ralenticen la progresión del glaucoma en humanos.
Seguridad e Interacciones (Vitamina C)
Para la mayorÃa de los adultos, la vitamina C es segura e hidrosoluble (el exceso se excreta en la orina). Sin embargo, las ingestas muy altas conllevan algunos riesgos. El más conocido son los cálculos renales. Grandes dosis de vitamina C pueden convertirse en oxalato en el cuerpo, aumentando el riesgo de cálculos renales de oxalato de calcio. En un estudio prospectivo de más de 150.000 mujeres y más de 40.000 hombres (estudios Nurses’ Health y Health Professionals), los hombres que tomaban ≥1000 mg/dÃa de vitamina C tuvieron una mayor incidencia de cálculos renales (razón de riesgo ~1.4) (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov). Las mujeres en ese estudio no mostraron el mismo riesgo. Aun asÃ, debido a que el riesgo de cálculos es una preocupación (especialmente para hombres o cualquier persona con antecedentes de cálculos), los médicos aconsejan no exceder aproximadamente 1000-2000 mg de vitamina C al dÃa. El lÃmite superior en EE. UU. es de 2000 mg/dÃa. Por debajo de eso, los principales efectos secundarios del exceso de vitamina C serÃan leves –diarrea, náuseas o calambres– no graves.
Otra precaución: la vitamina C puede afectar algunos medicamentos. Por ejemplo, podrÃa interactuar con la warfarina (un anticoagulante) de formas complejas, por lo que a los pacientes que toman anticoagulantes se les suele decir que mantengan estables la vitamina K y otros suplementos. La evidencia sobre la vitamina C y la warfarina es mÃnima (drugs.com lo enumera como una interacción menor) (www.drugs.com). En general, la vitamina C tiene pocas interacciones farmacológicas en dosis normales. Un detalle a tener en cuenta es que una vitamina C muy alta puede alterar las pruebas de laboratorio (por ejemplo, las mediciones de glucosa) o aumentar la absorción de hierro, pero estas son preocupaciones menores. Si tiene enfermedad renal, consulte con su médico: una vitamina C alta podrÃa aumentar el oxalato y empeorar la lesión renal.
En resumen: la vitamina C dietética común (de frutas y verduras) es muy segura. Los suplementos de hasta unos pocos cientos de mg/dÃa son generalmente adecuados para la mayorÃa de las personas. Pero las megadosis (gramos por dÃa) deben usarse con precaución. Los hombres en particular deben ser conscientes del riesgo de cálculos (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov), y cualquier persona con problemas renales debe consultar con un médico antes de tomar dosis altas de C.
Seguridad e Interacciones (Vitamina E)
La vitamina E es liposoluble y se acumula en los tejidos corporales. Con la ingesta dietética recomendada (~15 mg/dÃa) y dietas normales, es muy segura. Sin embargo, los suplementos pueden aportar cantidades mucho mayores. Muchos productos de vitamina E proporcionan 100-1000 UI (67-670 mg) o más, muy por encima de la CDR (Cantidad Diaria Recomendada). El exceso de vitamina E puede alterar la coagulación sanguÃnea. Inhibe los factores de coagulación dependientes de la vitamina K, lo que aumenta el riesgo de hemorragia (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov) (www.ncbi.nlm.nih.gov). Los informes de casos muestran que una ingesta muy alta de vitamina E (a menudo con otros factores de riesgo) provocó problemas graves de hemorragia (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov). En general, los médicos advierten que los suplementos por encima de aproximadamente 300-400 UI (unos 200-250 mg) diarios pueden interactuar con anticoagulantes o antiagregantes plaquetarios (como warfarina o aspirina), haciendo que la hemorragia sea más probable (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov) (www.ncbi.nlm.nih.gov). De hecho, una revisión señala que la toxicidad de la vitamina E en humanos se manifiesta principalmente como hemorragia excesiva (www.ncbi.nlm.nih.gov). Por ejemplo, los pacientes con accidente cerebrovascular a quienes se les administró más de 400 UI de vitamina E tuvieron peores resultados en los ensayos clÃnicos, probablemente debido a la interferencia en la coagulación (www.ncbi.nlm.nih.gov).
Otras interacciones con la vitamina E incluyen algunos medicamentos de quimioterapia y para reducir el colesterol, pero para un paciente con glaucoma, el punto clave es el riesgo de hemorragia. Si toma anticoagulantes, es prudente evitar grandes dosis de vitamina E a menos que sea supervisado por su médico. La vitamina E en dosis bajas (< 100 UI, siempre que esté dentro de los lÃmites recomendados) de la dieta o suplementos no es probable que cause problemas en personas sanas. Pero dado que la vitamina E puede acumularse en el tejido graso, es mejor no exceder aproximadamente 800-1000 UI/dÃa (el lÃmite superior tolerable).
En resumen, la vitamina E de los alimentos (nueces, semillas, aceites, verduras de hoja verde) no es una preocupación; los suplementos son donde se necesita precaución. Los efectos de toxicidad no ocurren solo con una dieta normal (www.ncbi.nlm.nih.gov). Si toma suplementos de vitamina E, adhiérase a dosis moderadas e informe a su médico si está tomando algún medicamento anticoagulante.
Fuentes Dietéticas vs. Suplementos
Una distinción clave es obtener vitaminas de los alimentos frente a las pastillas. Los alimentos rara vez contienen megadosis dañinas de vitaminas y vienen con fibra y otros nutrientes. Para el glaucoma, los estudios sugieren que el beneficio reside en la dieta. Las frutas y verduras proporcionan vitamina C junto con flavonoides y minerales; los aceites, frutos secos y verduras verdes proporcionan vitamina E. Por ejemplo, los cÃtricos, las bayas y los pimientos son ricos en vitamina C, mientras que la espinaca y las almendras aportan tanto E como C. En los estudios basados en la dieta mencionados anteriormente, la ingesta total de frutas y verduras fue fuertemente protectora incluso sin ninguna pastilla (pmc.ncbi.nlm.nih.gov) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov).
Los suplementos permiten dosis mucho más altas. Esto puede ser bueno si tiene una deficiencia grave, pero puede exceder lo que el cuerpo necesita. Por ejemplo, obtener 300 mg de vitamina C solo de la dieta significarÃa comer unas 5 naranjas o una ensalada grande de espinacas todos los dÃas. Muchas personas usan una pastilla de vitamina C de 500 a 1000 mg en su lugar, lo que equivale a 10 a 13 veces la Cantidad Diaria Recomendada. Por encima del punto de saturación del cuerpo (~100-200 mg de C), el exceso de vitamina C se excreta en su mayor parte. La razón teórica es que "más antioxidantes" podrÃan proteger mejor el ojo, pero no hay evidencia clara de que las megadosis ayuden al glaucoma más allá de una dieta saludable. Por otro lado, los suplementos aumentan el riesgo de efectos secundarios (cálculos o hemorragias, como se ha comentado).
Observacionalmente, las personas con dietas ricas en antioxidantes naturales parecen estar bien. En el estudio de mujeres afroamericanas, fueron las porciones de alimentos de frutas ricas en vitamina C las que redujeron el riesgo de glaucoma, no los suplementos (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Los metaanálisis también enfatizan la ingesta dietética: "los alimentos ricos en [estas vitaminas]... fueron protectores para el glaucoma", mientras que los niveles sanguÃneos fueron menos concluyentes (pmc.ncbi.nlm.nih.gov).
En las directrices generales de salud, los expertos a menudo aconsejan obtener vitaminas de una dieta equilibrada primero, y solo usar suplementos para llenar los vacÃos. Por ejemplo, la revisión de StatPearls señala que no hay "datos sobre efectos perjudiciales de la ingesta dietética de vitamina E sin suplementación" (www.ncbi.nlm.nih.gov). En otras palabras, comer alimentos ricos en vitamina E (brócoli, frutos secos, espinacas) es seguro, pero los problemas surgen solo si se toman pastillas grandes. La misma lógica se aplica a la vitamina C.
Diferencias Poblacionales e Individuales
Diferentes grupos de personas podrÃan tener un estado nutricional basal variable o diferencias genéticas que afecten a estas vitaminas. Por ejemplo, un estudio genético en una población mediterránea encontró que una variante común del gen transportador de vitamina C (SLC23A2) estaba relacionada tanto con niveles más bajos de vitamina C en sangre como con un mayor riesgo de glaucoma de ángulo abierto (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov). Las personas con el genotipo "GG" tenÃan menos ascorbato en plasma y ~1.7 veces el riesgo de glaucoma en comparación con otras (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov). Esto sugiere que algunos individuos pueden tener naturalmente menos vitamina C ocular debido a la genética, lo que podrÃa influir en su riesgo.
Los patrones dietéticos también varÃan según la etnia y el lugar. Como se señaló, las mujeres afroamericanas en una cohorte de EE. UU. y los japoneses-americanos en otra mostraron diferentes factores de riesgo dietéticos (pmc.ncbi.nlm.nih.gov) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Por ejemplo, comer col rizada y naranjas (fuentes de vitamina A y C) fue enormemente protector en el grupo afroamericano (pmc.ncbi.nlm.nih.gov), mientras que el estudio japonés-americano encontró que la baja ingesta de vitamina A era un factor de riesgo (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Tales hallazgos reflejan las dietas culturales y posiblemente las predisposiciones genéticas; destacan que las recomendaciones "universales" pueden no ser adecuadas para todos.
La edad y la salud general también pueden importar. Los adultos mayores naturalmente tienen niveles más bajos de vitamina C en el ojo (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Si es una persona mayor o tiene una nutrición general deficiente, un suplemento modesto podrÃa ayudarle a alcanzar niveles saludables. Por el contrario, si ya consume una dieta rica en frutas, verduras, frutos secos y cereales integrales, añadir pastillas adicionales puede no proporcionarle un beneficio extra.
Consejos Prácticos para Pacientes
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Priorice los tratamientos probados para el glaucoma. Los medicamentos y cirugÃas que reducen la presión ocular son los únicos tratamientos probados para ralentizar el glaucoma. Las vitaminas y los antioxidantes no pueden sustituir estas terapias. Siempre continúe primero con sus gotas oculares recetadas o el consejo médico.
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Lleve una dieta saludable. Procure consumir muchas frutas y verduras para obtener antioxidantes naturales. Los estudios sugieren que las dietas ricas en alimentos con vitamina C (cÃtricos, bayas, pimientos, verduras de hoja verde) y vitamina A (zanahorias, batatas, col rizada) se asocian con menos glaucoma (pmc.ncbi.nlm.nih.gov) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Esta es una forma de bajo riesgo para obtener un beneficio potencial.
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Sea cauto con los suplementos de dosis alta. No hay evidencia sólida de que tomar grandes cantidades de vitamina C o E en pastillas proteja sus ojos o ralentice el glaucoma. De hecho, demasiado puede ser perjudicial. Las dosis superiores a la ingesta diaria recomendada (aproximadamente 90 mg para hombres o 75 mg para mujeres de vitamina C, y aproximadamente 15 mg de vitamina E) pueden causar efectos secundarios. Por ejemplo, los hombres que tomaron ≥1000 mg/dÃa de vitamina C tuvieron más cálculos renales (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov), y las dosis de vitamina E por encima de unos pocos cientos de UI aumentaron el riesgo de hemorragia (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov) (www.ncbi.nlm.nih.gov).
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Hable sobre los suplementos con su médico. Si aún desea probar un suplemento, hable con su oftalmólogo o médico de atención primaria. Ellos pueden aconsejarle sobre una dosis segura y asegurarse de que no interfiera con los medicamentos. Por ejemplo, si toma anticoagulantes (warfarina, aspirina, etc.), solo se deben considerar suplementos de vitamina E muy bajos (o ninguno), debido al riesgo de hemorragia (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov) (www.ncbi.nlm.nih.gov). De manera similar, si tiene problemas renales o antecedentes de cálculos, debe evitarse una alta dosis de vitamina C.
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GuÃa de dosificación. Una dosis diaria modesta de vitamina C (por ejemplo, 100-200 mg) se obtiene fácilmente con la dieta o una pequeña pastilla y es poco probable que cause daño, pero proporciona suficiente para cubrir las necesidades básicas. La ingesta máxima tolerable es de 2000 mg; evite excederla. Para la vitamina E, no supere aproximadamente 400-500 UI (≈ 270-335 mg) al dÃa a menos que su médico se lo indique. Tenga en cuenta que el cuerpo solo necesita un cierto nivel; más no siempre es mejor.
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Examine con cuidado los suplementos de 'antioxidantes completos'. Algunos suplementos oculares (como los para la degeneración macular) contienen mezclas de vitaminas, minerales, luteÃna, etc. Algunos de ellos se han probado en el glaucoma. Un pequeño ensayo administró un cóctel multivitamÃnico (con ALA, Vit C+E, omega-3, etc.) y encontró una mejora en la pelÃcula lagrimal y los marcadores antioxidantes en sangre, pero ningún cambio en el campo visual (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Otro administró una pastilla con "fórmula AREDS" a pacientes con glaucoma y no observó ningún beneficio (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Esto sugiere que simplemente añadir pastillas antioxidantes además de la atención habitual probablemente no mejorará los resultados del glaucoma.
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Evite la desinformación. Tenga cuidado con las afirmaciones de que los suplementos en dosis altas curarán o prevendrán el glaucoma. Simplemente no existe evidencia cientÃfica para ello. Tenga en cuenta que una asociación (por ejemplo, personas con mayor ingesta de vitamina C en la dieta que tienen menos glaucoma) no prueba la causa, y ensayos clÃnicos bien diseñados no han confirmado un beneficio de las vitaminas.
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Concéntrese en la salud ocular y general. Las vitaminas C y E son nutrientes importantes para la salud general (función inmunológica, piel, circulación, etc.), asà que asegúrese de cubrir sus necesidades básicas. Pero para el glaucoma especÃficamente, cambios en el estilo de vida como controlar la presión arterial, evitar fumar y proteger sus ojos de la luz excesiva pueden ser más impactantes a largo plazo. Una dieta equilibrada, el ejercicio y la adherencia a los tratamientos médicos ofrecen el mejor apoyo para preservar la visión.
Conclusión
En resumen, las vitaminas C y E son antioxidantes importantes que apoyan la salud ocular, pero su papel en el glaucoma no está probado. Algunas evidencias de laboratorio y epidemiológicas sugieren que la vitamina C en el ojo puede ayudar a proteger las células del nervio óptico y podrÃa reducir modestamente la presión ocular cuando se administra en grandes dosis (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Una alta ingesta dietética de vitamina C (de frutas y verduras) se ha relacionado con un menor riesgo de glaucoma (pmc.ncbi.nlm.nih.gov) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). La vitamina E también es un antioxidante con un beneficio teórico, pero los estudios en humanos no han mostrado un efecto protector claro contra el glaucoma (pmc.ncbi.nlm.nih.gov) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov).
Para los pacientes, la conclusión es: Coma bien, manténgase seguro y trate el glaucoma con métodos probados. Disfrute de una dieta equilibrada rica en frutas y verduras coloridas para obtener vitaminas C, E y otras de forma natural. Si elige suplementos, hágalo con sensatez: evite las megadosis y discútalas con su médico, especialmente si tiene problemas renales o toma anticoagulantes. Recuerde que ninguna vitamina reemplazará el control de la presión ocular. En el mejor de los casos, los suplementos de vitamina C y E podrÃan ofrecer un pequeño "seguro" de apoyo antioxidante, pero la investigación actual es mixta y cautelosa. Priorice siempre su terapia para el glaucoma prescrita y utilice los nutrientes como un posible complemento, no un sustituto. Al final, los ojos más sanos provienen de un estilo de vida saludable, incluida la nutrición, pero basado en la medicina basada en la evidencia.
