Palmitoiletanolamida (PEA) en el Glaucoma: Una Revisión de la Evidencia Clínica
El glaucoma es una enfermedad ocular caracterizada por daño al nervio óptico, a menudo relacionado con la presión intraocular (PIO) alta. Los tratamientos estándar para el glaucoma se centran en reducir la PIO, pero los investigadores están explorando suplementos neuroprotectores como complementos. Un compuesto prometedor es la palmitoiletanolamida (PEA), una amida de ácido graso de origen natural con efectos antiinflamatorios y neuroprotectores (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). La PEA se encuentra en alimentos (huevo, soja, cacahuetes) y se produce en nuestro cuerpo; interactúa con el sistema endocannabinoide y los receptores PPAR-α para calmar la inflamación nerviosa. En Italia y partes de Europa, la PEA incluso se vende como alimento médico (por ejemplo, “PeaPure,” Normast) para la salud ocular (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Es importante destacar que un análisis reciente encontró que el tratamiento con PEA reduce significativamente la PIO en pacientes con glaucoma e hipertensión ocular (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov). En la práctica, la PEA suele administrarse por vía oral (a menudo 600 mg al día en dosis divididas) junto con los colirios habituales. Este artículo revisa los ensayos en humanos de PEA en el glaucoma, centrándose en la reducción de la PIO, la protección nerviosa, la dosificación y la seguridad.
PEA y la Presión Intraocular
Varios ensayos clínicos han probado si la PEA oral puede ayudar a reducir la PIO en el glaucoma o la hipertensión ocular. En estos estudios, los pacientes generalmente continuaron con sus colirios habituales y añadieron tabletas de PEA. Un hallazgo clave es que la PEA tiende a producir una disminución modesta pero estadísticamente significativa de la PIO en comparación con el control. Por ejemplo, un ensayo cruzado aleatorizado añadió PEA (300 mg dos veces al día) a la terapia para el glaucoma (gotas de timolol) en pacientes con glaucoma de ángulo abierto o hipertensión ocular (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov). Después de dos meses con PEA, la PIO media disminuyó en aproximadamente 3.5 mmHg (15%) desde el inicio, frente a solo ~0.3 mmHg con placebo (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov). No se observaron cambios en la visión ni efectos secundarios. En términos prácticos, esa caída de 3.5 mmHg puede ser significativa para prevenir el daño nervioso.
Otro estudio bien diseñado examinó a pacientes con hipertensión ocular (PIO superior a lo normal pero sin daño al nervio óptico) en un diseño cruzado controlado con placebo (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov). Los participantes tomaron 300 mg de PEA dos veces al día durante 3 meses (con un período de lavado de 2 meses y luego un cambio). El período con PEA mostró una PIO significativamente más baja (alrededor de 22.2 mmHg) en comparación con el placebo (23.0 mmHg) (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov) – una reducción de aproximadamente 0.8 mmHg. Más notablemente, la función vascular (dilatación mediada por el flujo de la arteria braquial) mejoró significativamente con PEA y se mantuvo mejor incluso después de suspender la PEA (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov). Esto sugiere que la PEA no solo reduce ligeramente la presión ocular, sino que también mejora la salud de los vasos sanguíneos, lo que puede beneficiar al glaucoma.
Un metaanálisis de estos ensayos confirma el efecto de la PEA sobre la presión. La ingesta diaria de PEA (típicamente 600 mg en total) se asoció con una reducción de la PIO aproximadamente 1.3 mmHg mayor que el placebo en promedio (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). En términos sencillos, los pacientes tratados con PEA mostraron constantemente pequeñas y estadísticamente significativas disminuciones de la PIO más allá de lo que lograron los colirios estándar (pmc.ncbi.nlm.nih.gov) (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov). Incluso si 1-3 mmHg parece menor, cada pequeña cantidad ayuda a proteger los nervios del glaucoma. Por ejemplo, una revisión concluyó: “La PEA mostró una eficacia significativa en la reducción de la PIO en pacientes... lo que alienta su uso clínico en el glaucoma” (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov).
Algunos ensayos se centraron en situaciones específicas. Después de una iridotomía con láser (una apertura en el iris con láser YAG, que puede causar un pico de presión temporal), los pacientes fueron pretratados con PEA o placebo durante 2 semanas (2 tabletas/día). El grupo de PEA no experimentó el aumento habitual de la PIO observado en el grupo de placebo (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov). En otras palabras, la PEA “contrarrestó” el aumento de presión post-láser, probablemente reduciendo la inflamación en el ojo (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov).
En resumen, la PEA tomada por vía oral (generalmente 300 mg dos veces al día, o 600 mg en total) durante semanas a meses ha reducido la PIO en múltiples ensayos pequeños. La caída promedio de la PIO con PEA ha sido del orden de 1-3 mmHg en relación con el placebo (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Esa magnitud del efecto, aunque modesta, es consistente y estadísticamente significativa en los análisis de los datos (pmc.ncbi.nlm.nih.gov) (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov). Cabe destacar que la PEA se estudió en diferentes subtipos de glaucoma: glaucoma primario de ángulo abierto (GPAA), hipertensión ocular (HO) y glaucoma de tensión normal (GTN) (ver más abajo) (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov) (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov). Parece tener acción reductora de la presión en todos estos grupos.
Efectos de la PEA en la Retina y la Neuroinflamación
El glaucoma implica neuroinflamación crónica y daño a las células ganglionares de la retina (CGR). Las conocidas acciones antiinflamatorias y neuroprotectoras de la PEA la convierten en un adyuvante atractivo para este aspecto del glaucoma. Una forma de estudiar la función del nervio retiniano es el electrorretinograma de patrón (PERG), que mide las respuestas eléctricas de las CGR. En un ensayo cruzado aleatorizado (40 pacientes, la mayoría con GPAA), se añadió PEA 600 mg una vez al día (una tableta) a las gotas en curso durante cuatro meses (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov). En comparación con el período sin tratamiento, la PEA aumentó significativamente la amplitud P50 del PERG (mejoró la fuerza de la señal nerviosa) y redujo la PIO en aproximadamente 1.6 mmHg (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov). Los pacientes también informaron mejores puntuaciones en la calidad de vida. Esto sugiere que la PEA puede mejorar la función retiniana y el bienestar del paciente en el glaucoma (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov).
De manera similar, el ensayo de GTN encontró que la PEA ralentizó la pérdida del campo visual: después de 6 meses con 300 mg dos veces al día, la desviación media del campo visual y la desviación estándar del patrón mejoraron significativamente desde el inicio (mientras que el grupo no tratado empeoró) (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov). Este ensayo apoya la idea de que el beneficio de la PEA se extiende más allá de la presión: puede proteger las fibras nerviosas y la visión.
Mecánicamente, se cree que la PEA amortigua la actividad glial dañina y los mediadores inflamatorios en el ojo (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Una revisión de 2015 calificó a la PEA como un “lípido endógeno protector celular” y señaló sus propiedades “antiinflamatorias y neuroprotectoras” en enfermedades retinianas (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). En modelos animales, se ha demostrado que la PEA reduce las citocinas inflamatorias y el daño celular retiniano. Aunque los ensayos en humanos no han medido directamente los marcadores de inflamación ocular, la mejora en la electrofisiología retiniana y los campos visuales observados con PEA sugieren que podría estar mitigando la inflamación crónica de bajo grado que contribuye a la progresión del glaucoma.
Regímenes de Dosificación y Duración del Tratamiento
En todos los estudios, la dosificación de PEA ha sido bastante consistente. La mayoría de los ensayos utilizaron tabletas de 300 mg dos veces al día (total 600 mg/día). Por ejemplo, el ensayo de GPAA/HO utilizó 300 mg BID durante 2 meses (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov), el estudio de hipertensión ocular 300 mg BID durante 3 meses (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov), y el estudio de GTN 300 mg BID durante 6 meses (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov). El ensayo PERG utilizó una tableta de 600 mg una vez al día durante 4 meses (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov). Muchos estudios utilizaron específicamente PEA ultramicronizada o micronizada, lo que mejora la absorción (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov).
Las duraciones del tratamiento variaron desde 2 semanas (pre-tratamiento de iridotomía con láser) hasta 6 meses (estudio de GTN). En el ensayo cruzado PERG, un período de PEA de 4 meses mostró efectos, y se implicó un seguimiento más prolongado. En general, los beneficios se observaron en unos pocos meses. Los médicos que consideran la PEA a menudo comienzan con un ensayo de al menos un mes.
Si bien la mayoría de los ensayos se limitaron a 600 mg/día, tenga en cuenta que la PEA se ha utilizado de forma segura en dosis más altas en otros contextos. Por ejemplo, estudios en condiciones de dolor y neurológicas han probado hasta 1.8 gramos por día sin problemas graves (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Sin embargo, en el glaucoma los suplementos y ensayos estándar han utilizado el régimen de 600 mg/día. Los posibles efectos secundarios son mínimos, por lo que la dosificación puede ajustarse bajo consejo médico.
Seguridad y Calidad del Producto
La seguridad de la PEA en estos ensayos fue excelente. Ninguno de los estudios sobre glaucoma informó efectos adversos graves. Por ejemplo, el ensayo de hipertensión ocular señaló explícitamente “No se observaron efectos secundarios” con PEA (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov), y el estudio de GTN también encontró “ni efectos secundarios oculares ni sistémicos” después de 6 meses (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov). El estudio PERG no informó abandonos ni problemas relacionados con el fármaco. Estos hallazgos son consistentes con datos de seguridad más amplios: una revisión señaló que la PEA (en forma ultramicronizada) fue “segura y efectiva hasta 1.8 g/día, con excelente tolerabilidad” en varios ensayos (pmc.ncbi.nlm.nih.gov).
En la práctica, la PEA se clasifica como suplemento dietético o alimento médico en muchos países. La calidad puede variar entre productos, por lo que los pacientes deben usar marcas de confianza. En Italia, los suplementos de PEA como Normast y PeaVera están regulados como alimentos dietéticos para fines médicos (particularmente para el glaucoma y la neuroinflamación) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Estas formulaciones suelen estar ultramicronizadas para mejorar la biodisponibilidad. Los pacientes deben buscar preparaciones de PEA de grado farmacéutico o médico si la usan como suplemento para el glaucoma.
Los problemas menores de tolerabilidad son raros. Algunas personas podrían sentir ligeras molestias digestivas o somnolencia, pero ninguno de los ensayos informó quejas significativas o anomalías de laboratorio con PEA. Dado que no han surgido interacciones farmacológicas específicas con medicamentos para el glaucoma, la PEA generalmente puede añadirse al régimen de un paciente sin afectar los tratamientos estándar. Como siempre, los pacientes deben hablar sobre el uso de cualquier suplemento con su médico.
¿Quiénes podrían beneficiarse más?
La PEA parece ayudar en todos los tipos de glaucoma, pero el glaucoma de tensión normal (GTN) es un caso particularmente interesante. En el GTN, la PIO se encuentra en el rango normal, por lo que se cree que factores no relacionados con la presión (como el flujo sanguíneo y la inflamación) son los que causan el daño. Los efectos vasodilatadores y antiinflamatorios de la PEA pueden ser especialmente útiles aquí. De hecho, el ensayo de GTN mostró tanto una PIO más baja (incluso desde un valor basal normal) como una mejora en los índices del campo visual con PEA (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov). Además, el ensayo de hipertensión ocular encontró una mejora en la función endotelial sistémica con PEA (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov), lo que sugiere que ayuda a los vasos sanguíneos, un problema clave en el GTN.
Aunque se necesita más investigación, estos hallazgos sugieren que los pacientes con GTN podrían obtener un beneficio adicional de las acciones neuroprotectoras de la PEA. Dicho esto, la PEA ayudó a la presión incluso en el glaucoma de alta presión, y ayudó a la señalización retiniana en la cohorte predominantemente de alta presión. Por lo tanto, la PEA puede ser ampliamente útil como terapia adyuvante. Las clínicas podrían priorizar la PEA para pacientes que presentan progresión a pesar de una PIO controlada o que exhiben riesgo vascular (como GTN o glaucoma con un control deficiente de la presión arterial).
Conclusión
En resumen, los ensayos clínicos indican que los suplementos orales de PEA pueden reducir modestamente la presión intraocular y pueden mejorar la función del nervio retiniano en pacientes con glaucoma. Las dosis efectivas típicas han sido de alrededor de 300 mg dos veces al día durante meses, con beneficios observados como pequeñas disminuciones adicionales de la PIO (del orden de 1-3 mmHg) y signos de neuroprotección. Es importante destacar que la PEA fue bien tolerada en todos los estudios, sin que se informaran efectos secundarios graves (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Aunque la PEA no es un sustituto de los tratamientos probados, parece ser un adyuvante seguro que podría ayudar a algunos pacientes, especialmente a aquellos con glaucoma de tensión normal o progresión continua. Ensayos más grandes y futuros aclararán qué pacientes obtienen el mayor beneficio. Por ahora, la PEA representa un nutracéutico prometedor para el cuidado del glaucoma.
