Ácidos Grasos Omega-3, Resolución de la Inflamación y Progresión del Glaucoma
Ácidos Grasos Omega-3 en el Glaucoma: Inflamación y Salud Ocular
El glaucoma es una neuropatía óptica progresiva a menudo impulsada por una presión intraocular (PIO) elevada y neuroinflamación crónica. Por el contrario, los ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) omega-3 – especialmente el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA) – dan lugar a mediadores pro-resolutivos especializados (SPM). Los SPM (incluyendo resolvinas, protectinas y maresinas) desactivan activamente la inflamación y promueven la curación de los tejidos. Investigaciones emergentes sugieren que los SPM derivados de EPA/DHA podrían mejorar el flujo de salida del humor acuoso a través de la malla trabecular, atenuar la inflamación retiniana y apoyar la salud de los vasos sanguíneos en el glaucoma (pmc.ncbi.nlm.nih.gov) (www.sciencedirect.com). Este artículo revisa cómo estos mecanismos podrían influir en la presión ocular y las neuronas retinianas, examina los ensayos clínicos sobre suplementos de omega-3 en el glaucoma (centrándose en la PIO, la función visual y el flujo sanguíneo ocular), y conecta los resultados oculares con hallazgos más amplios sobre longevidad y salud cardiovascular. Finalmente, discutimos la seguridad de los suplementos, las fuentes de omega-3 de pescado vs. algales y las preocupaciones sobre el control de calidad.
Mecanismos: SPM, Resolución de la Inflamación y el Ojo
Flujo de Salida Trabecular y Regulación de la PIO
La malla trabecular (MT) es el sistema de drenaje del ojo para el humor acuoso. En el glaucoma, las células de la MT a menudo se dañan por el estrés oxidativo y la inflamación (pmc.ncbi.nlm.nih.gov) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Los SPM derivados de omega-3 pueden contrarrestar la inflamación crónica: cambian las células inmunes de un modo proinflamatorio a uno de curación, reducen las citoquinas (p. ej., TNF-α, IL-6) mediante la inhibición del factor nuclear-κB (NF-κB) y revierten el daño tisular (pmc.ncbi.nlm.nih.gov) (www.sciencedirect.com). En la MT, esto podría significar menos disfunción endotelial y una resistencia al flujo de salida más normal. Por ejemplo, estudios preclínicos (aunque aún no en pacientes con glaucoma) muestran que las lipoxinas y las resolvinas protegen el endotelio microvascular y promueven la vasodilatación al aumentar el óxido nítrico (pmc.ncbi.nlm.nih.gov) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Si acciones similares ocurren en la MT o en el canal de Schlemm, el drenaje acuoso podría mejorar, tendiendo a reducir la PIO. De hecho, se demostró en ratones que la dieta con omega-3 mejora la facilidad del flujo de salida trabecular y reduce la PIO relacionada con la edad, lo que respalda este mecanismo (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov).
Neuroinflamación Retiniana
El glaucoma implica una inflamación “estéril” en la retina y la cabeza del nervio óptico. Las células gliales activadas (astrocitos/microglía) secretan mediadores inflamatorios que destruyen las células ganglionares de la retina (CGR) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Los SPM son potentes antiinflamatorios: los metabolitos de DHA y EPA (resolvinas de la serie D y E, protectinas, etc.) promueven la resolución de la neuroinflamación (pmc.ncbi.nlm.nih.gov) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). En los tejidos oculares, se ha demostrado que los lípidos pro-resolutivos preservan los fotorreceptores y las CGR en modelos de lesión. Por ejemplo, la lipoxina A₄ (un SPM derivado de AA) inyectada en ojos de ratones redujo la muerte de células retinianas y restauró la función fotorreceptora en modelos degenerativos (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). De manera similar, la resolvina D1 atenúa las respuestas de citoquinas retinianas y protege contra la lesión retiniana (pmc.ncbi.nlm.nih.gov) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Aunque los ensayos directos sobre glaucoma están pendientes, estos resultados sugieren que la ingesta de EPA/DHA podría limitar la inflamación retiniana de bajo grado observada en el glaucoma, complementando la reducción de la PIO.
Función Vascular y Perfusión Ocular
El glaucoma también se asocia con disfunción vascular y reducción del flujo sanguíneo ocular (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Los SPM y los omega-3 son bien conocidos por apoyar la salud de los vasos sanguíneos. En estudios cardiovasculares, la activación del receptor de SPM en el endotelio reduce la adhesión de leucocitos y el estrés oxidativo, restaura el óxido nítrico y mejora la vasodilatación (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Por ejemplo, la resolvina E1 y otras mejoran la función endotelial y reducen la inflamación vascular, previniendo así la aterosclerosis en modelos animales (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Por analogía, en el ojo los SPM pueden ayudar a prevenir el vasoespasmo y apoyar la autorregulación en la cabeza del nervio óptico. Clínicamente, esto podría traducirse en una mejor presión de perfusión ocular (la presión arterial neta en el ojo) y menos daño isquémico a las CGR. Aunque los ensayos directos de omega-3 sobre el flujo sanguíneo ocular son limitados, los beneficios vasculares en datos más amplios sugieren un mecanismo plausible para una mejor perfusión del nervio óptico en pacientes con glaucoma que toman omega-3 (pmc.ncbi.nlm.nih.gov).
Evidencia Clínica: PIO, Visión y Salud Ocular
Modulación de la PIO
Varios ensayos han probado si los suplementos orales de omega-3 pueden reducir la PIO. En un estudio controlado con placebo en adultos normotensos, 3 meses de aceite de pescado (~1000 mg de EPA + 500 mg de DHA al día) redujeron significativamente la PIO en aproximadamente 0,7 mmHg, frente a un ligero aumento en el grupo placebo (pmc.ncbi.nlm.nih.gov) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). De manera similar, en pacientes con glaucoma pseudoexfoliativo, la ingesta de omega-3 también redujo la PIO (aunque los detalles varían según la dosis) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Estos hallazgos concuerdan con modelos animales donde las dietas con omega-3 mejoraron la facilidad de flujo de salida. Sin embargo, otros estudios muestran resultados mixtos: algunos ensayos no reportan cambios significativos en la PIO. Por ejemplo, un pequeño ensayo en pacientes con hipertensión ocular encontró solo una tendencia no significativa a una presión más baja después del aceite de pescado (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Las discrepancias probablemente surgen de diferencias en las poblaciones de pacientes (p. ej., normotensos vs. glaucoma vs. pseudoexfoliación), dosis, duración y medicamentos concomitantes. En general, faltan datos a nivel de metaanálisis, pero los ensayos clínicos aleatorizados (ECA) existentes sugieren que una suplementación adecuada con omega-3 puede ejercer un efecto modesto de reducción de la presión en algunos individuos (pmc.ncbi.nlm.nih.gov) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov).
Función Visual y Progresión
Una pregunta aún más relevante es si los omega-3 preservan la visión en el glaucoma. Un ensayo preliminar reciente administró a pacientes con glaucoma de ángulo abierto (GAA) un suplemento de EPA/DHA (derivado de aceite de huevas de arenque de algas) durante 3 meses (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). El grupo de omega-3 experimentó una pequeña pero estadísticamente significativa mejora en la desviación media del campo visual (MD) en comparación con los controles (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). En términos prácticos, esto significó una modesta ganancia en los índices de campo, lo que sugiere una ralentización de la pérdida de CGR. También hubo una tendencia a una menor deterioro en la desviación estándar del patrón (PSD), otra medida del campo visual (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Es importante destacar que estos beneficios ocurrieron sin problemas de seguridad significativos; no se observaron efectos adversos en la PIO ni en los parámetros sanguíneos. Sin embargo, dado que se trató de una evaluación a corto plazo, no cegada y con pocos sujetos, los resultados deben interpretarse con cautela. Otros informes clínicos respaldan las señales neuroprotectoras: por ejemplo, pacientes con glaucoma que tomaron aceite de pescado más antioxidantes informaron una mejor sensibilidad al contraste y grosor de la capa de fibras nerviosas de la retina durante 6 a 12 meses en un estudio (aún no publicado).
No todos los ensayos encuentran beneficios. Algunas series de casos y un estudio controlado en glaucoma de tensión normal no mostraron mejoras en los campos visuales o el grosor de la capa nerviosa después de los omega-3 (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Las diferencias en el diseño del estudio (p. ej., observación vs. doble ciego, aceite de pescado vs. fosfolípidos enriquecidos, dieta basal, uso de medicamentos para reducir la PIO) podrían explicar los resultados contradictorios. En resumen, los datos humanos iniciales son intrigantes pero no definitivos. Sugieren que los omega-3 podrían ralentizar la progresión del glaucoma más allá de la reducción de la PIO —posiblemente a través de efectos neuroprotectores y antiinflamatorios— pero se necesitan ensayos más grandes y de mayor duración.
Perfusión Ocular y Flujo Sanguíneo
Muy pocos estudios directos han medido los cambios en la perfusión ocular con omega-3. Un pequeño ensayo cruzado en adultos sanos encontró ligeras mejoras en los parámetros del flujo sanguíneo retiniano después de dosis altas de EPA/DHA, pero no alcanzó significación (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov). En pacientes con glaucoma, la lógica es que cualquier reducción de la inflamación sistémica y la disfunción endotelial puede mejorar la perfusión de la cabeza del nervio óptico. De hecho, se sabe que el aceite de pescado reduce la viscosidad de la sangre y mejora la flexibilidad de los glóbulos rojos (pmc.ncbi.nlm.nih.gov), lo que debería ayudar a la microcirculación. Algunos autores también señalan que la reducción de la presión arterial por los omega-3 (generalmente unos pocos mmHg) podría paradójicamente reducir la presión de perfusión a menos que la PIO también disminuya. El efecto neto sobre el flujo sanguíneo ocular sigue siendo, por lo tanto, incierto. En general, la evidencia es limitada y mixta; algunos pequeños estudios de imágenes sugieren mejores índices de perfusión, pero otros no encuentran cambios (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Concluimos que los omega-3 podrían mejorar modestamente la circulación coroidea y retiniana, pero faltan ensayos dedicados a la perfusión ocular.
Evidencia Cardiovascular y de Longevidad
Es instructivo conectar los hallazgos oculares con la literatura más amplia sobre omega-3, salud cardiovascular y esperanza de vida. Muchos metaanálisis grandes indican que una mayor ingesta de omega-3 de cadena larga (de pescado o suplementos) se asocia con menores riesgos de eventos cardiovasculares y mortalidad. Por ejemplo, un metaanálisis de 2022 de más de 136.000 participantes encontró que la suplementación con omega-3 redujo modestamente los eventos cardiovasculares mayores (RR≈0,94) y la muerte cardíaca (RR≈0,92) en comparación con los controles (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Sin embargo, los efectos sobre la mortalidad por todas las causas fueron generalmente nulos en los ensayos clínicos (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Por el contrario, los estudios de cohortes agrupados sobre la ingesta de pescado/omega-3 muestran asociaciones significativas con la longevidad. Un metaanálisis de 1 millón de personas encontró que un alto consumo de pescado o DHA/EPA predijo una reducción de la mortalidad por todas las causas de aproximadamente 6–14% (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov). Aún más fuerte, una revisión paraguas concluyó que la ingesta de pescado tiene una “asociación beneficiosa” con la mortalidad por todas las causas y por enfermedades cardiovasculares, e incluso con la degeneración macular relacionada con la edad (pmc.ncbi.nlm.nih.gov).
Estos hallazgos sugieren que las poblaciones con un estado más alto de omega-3 tienden a vivir más tiempo y a sufrir menos enfermedades relacionadas con la edad, incluidas las enfermedades oculares. Esto sienta las bases: si los omega-3 de cadena larga ayudan a los vasos sanguíneos y limitan la inflamación crónica sistémicamente (y en el nervio óptico), también podrían retrasar la neurodegeneración en el glaucoma. A la inversa, los ensayos nulos o negativos sobre el glaucoma se hacen eco de los resultados mixtos de los ensayos de resultados cardiovasculares (como VITAL, STRENGTH). En resumen, la evidencia total implica que cualquier beneficio de los omega-3 para el glaucoma es probablemente modesto —similar a su modesto impacto en las enfermedades cardíacas— pero potencialmente importante como complemento de la terapia estándar.
Consideraciones de Seguridad, Fuentes y Calidad
Dosis y Efectos Secundarios: Los suplementos de omega-3 son generalmente seguros. Grandes ensayos no han mostrado efectos adversos graves; el riesgo de sangrado por la dilución de la sangre es insignificante en dosis habituales (≤3 g/día) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Dosis altas de EPA/DHA pueden aumentar ligeramente el colesterol LDL en algunas personas, pero esto es poco común y generalmente se ve superado por los beneficios cardiovasculares. Los estudios de glaucoma no reportaron efectos secundarios significativos durante meses de uso (pmc.ncbi.nlm.nih.gov) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov).
Aceite de Pescado vs. Aceite de Algas: Los pacientes pueden elegir aceite de pescado (de pescados grasos como el salmón) o aceite de algas (extraído de microalgas) para obtener EPA/DHA. Ambos proporcionan los mismos nutrientes, pero con ventajas y desventajas. El aceite de algas es directamente rico en DHA/EPA, vegano y naturalmente libre de contaminantes oceánicos (mercurio, PCB). Los aceites de pescado de alta calidad a menudo se someten a purificación y pruebas, pero los contaminantes traza siguen siendo una preocupación. Notablemente, los suplementos de algas evitan por completo el problema de la “contaminación del pescado azul”. Un ECA encontró que el DHA/EPA de algas produce niveles sanguíneos comparables a los del aceite de pescado (pmc.ncbi.nlm.nih.gov), confirmando la bioequivalencia. Por lo tanto, las fuentes algales son una buena opción para vegetarianos o para quienes les preocupa el mercurio. Por otro lado, el aceite de pescado suele ser más económico por gramo de EPA/DHA y a menudo contiene proporciones más altas de EPA:DHA (algunas algas son principalmente DHA). Las marcas modernas de aceite de pescado a menudo etiquetan el contenido de EPA y DHA; muchos ECA utilizaron mezclas de EPA:DHA de ~2:1, pero no se ha establecido una proporción ideal para la salud ocular.
Control de Calidad: Una precaución crítica es la calidad del suplemento. A diferencia de los medicamentos recetados, los suplementos dietéticos están regulados de manera laxa. Los estudios han encontrado una variabilidad alarmante en los productos de aceite de pescado. Por ejemplo, un análisis de docenas de suplementos minoristas mostró que la mitad excedía los límites voluntarios de oxidación, lo que significa que los aceites estaban rancios (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). En Sudáfrica y Nueva Zelanda, más del 80% de los aceites de pescado probados estaban oxidados por encima de las recomendaciones (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Dicha degradación no solo reduce la potencia de los omega-3, sino que también puede producir radicales libres dañinos. Por lo tanto, los consumidores deben elegir marcas de buena reputación probadas por terceros (por ejemplo, certificación USP o NSF). Los aceites de algas también se someten a procesamiento industrial, pero tienden a ser más frescos y estables, ya que a menudo se presentan en cápsulas recubiertas o se congelan después de la cosecha.
Conclusión
En resumen, los mediadores pro-resolutivos derivados de EPA/DHA son prometedores como estrategia adyuvante en el glaucoma. Al ayudar a la resolución de la inflamación, pueden proteger el sistema de flujo de salida trabecular, preservar las neuronas retinianas y apoyar el flujo sanguíneo ocular. Los datos clínicos iniciales sugieren una modesta reducción de la PIO y posibles beneficios en el campo visual con la suplementación crónica de omega-3, aunque los resultados varían entre estudios. Estos hallazgos oculares reflejan el panorama más amplio: los omega-3 confieren beneficios cardiovasculares pequeños pero significativos y se correlacionan con una menor mortalidad en estudios de población (pmc.ncbi.nlm.nih.gov) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Es importante destacar que los suplementos de omega-3 son generalmente seguros, especialmente cuando se controlan los contaminantes y la oxidación. Los omega-3 derivados de algas ofrecen una alternativa limpia y sostenible al aceite de pescado, con bioequivalencia demostrada (pmc.ncbi.nlm.nih.gov).
En última instancia, si bien los omega-3 no son un sustituto de la terapia para reducir la PIO, podrían complementar el cuidado del glaucoma al abordar la inflamación subyacente y los factores vasculares. Los oftalmólogos deben considerar las dietas actuales de los pacientes y el estado de los omega-3, particularmente en subtipos de glaucoma con componentes vasculares o inflamatorios conocidos. Se necesitan futuros ensayos a gran escala para confirmar los beneficios a largo plazo sobre la progresión del glaucoma y para establecer la dosificación óptima. Mientras tanto, recomendar suplementos de omega-3 de alta calidad (preferiblemente de baja oxidación) es razonable, dado su perfil general de seguridad para la salud y sus posibles beneficios duales para la salud ocular y cardiovascular (pmc.ncbi.nlm.nih.gov) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov).
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